Creo poder afirmar de manera absoluta que una de las sensaciones/emociones más intensamente horrible que el ser humano puede experimentar, es extrañar.
Extrañar no sé, lo que sea, cualquier cosa que amerite que uno sienta ese vacío. Porque sí, suena obvio y cliché pero es eso, un vacío, que puede presentar formas y proporciones diversas, pero que no deja de ser lo que es.
Además, es tan amplio el abanico de opciones... Uno puede extrañar a una persona que se fué, que no está, o a alguien que se encuentra físicamente cercano, pero inexplicablemente lejos.
Sin dudas ése ejemplo es uno de los más difíciles de aceptar.
Se puede extrañar a alguien, sin desear volver a verlo jamás.
Y también, y por qué no, el más coherente de todos, extrañar a alguien y desear desesperadamente su retorno.
Así es, así tan duro para mí. Estoy nadando sin poder llegar a ninguna orilla, me siento aturdidad y cansada. Me duele todo, pero no sabría señalar el lugar de mi afección.
Me falta algo, me cuesta todo tanto más. Es ese vacío multiplicado por dos, por tres, por tantos.
Será por eso que me aferro tanto a lo que me rodea. Mil perdones círculo de amores míos, pilares en mi vida... a veces no sé como agradecerles, su sola presencia hace mi vida un poco mejor.
